domingo, 21 de abril de 2013

Querida yo

Querida yo:

Me aburro. Los ojos se me llenan de lágrimas. No bosteces tanto. Sé que podría ponerme a estudiar latín, o arte, pero mira que horas son y llevo estudiando ya... perdí la cuenta de las horas. Mi cerebro ha echado el cierre por hoy. Solo me queda esperar a Daniel mientras escucho algo de música.

Hoy sentí algo que hacía muchísimo tiempo que no sentía: el agobio por los exámenes. Queda mes y medio, o por ahí rondará la cosa, pero no puedo evitar pensar que me falta muchísimo por estudiar... Pensar en qué va a pasar, cómo van a salir... Solo espero que salgan bien, y poder tener un verano en condiciones y de nuevo en septiembre volver a las clases, de la mano del que ahora es mi compañero, mi mejor amigo y mi apoyo incondicional. Pero la duda de cómo irán siempre está ahí. Del si lo haré bien o mal.

Hoy, por otra parte, he reflexionado sobre varias cosas. Aparte de reflexionar acerca de la edad mental de cada persona, la cual es tan subjetiva como relativa, se me vino a la cabeza la forma tan egoísta que tiene mucha gente de actuar. Las personas, lo queramos o no, buscamos nuestro propio beneficio al menos una vez en el día. Y esto es inevitable, el querer algo para nosotros sin importar nada más. Por mucho que te entregues a los demás, tú siempre vas a querer algo, al menos una vez en 24 horas, para ti solo, y lo vas a buscar sin cesar hasta tenerlo, y dan igual las otras personas. Dan totalmente igual. Pensadlo, quizá sea algo pequeño e insignificante lo que se busque, pero ahí está.

También me planteé algo: si yo hubiera sido pintora, ¿qué estilo hubiera sido el mío? ¿Qué habría pintado? Probablemente... muy probablemente, con toda seguridad, mi estilo hubiera sido el realismo y de haber pintado algo, me hubiera gustado dedicarme a hacer retratos de gente. Tener un pequeño estudio de pintura y allí pintar a la gente, o escenas de campo. Mujeres yendo a lavar, niños corriendo por un campo de espigas amarillas, o dos campesinos que se encuentran en medio del camino a la ciudad y se saludan. Se me viene a la mente ahora mismo el cuadro de "Bonjour, Monsieur Coubert", de Coubert en 1854. Ah, y acabo de recordar que hace unas semanas, cuando fui a Lugo en tren, no paraba de venirseme a la cabeza el cuadro de "El vagón de tercera clase" de Daumier, en 1875, ambos pertenecientes al realismo... Dioses creo que me acabo de dar cuenta de lo que me gustaba arte... Y me acabo de asombrar de todo lo que recuerdo de golpe. Es como si en mi cabeza todos los apuntes, todas las letras estuvieran en llamas, consumiéndose lentamente por el fuego para acabar por el olvido, y de pronto,un cubo de agua refrescante les ha caído encima, extinguiendo las llamas, dejando ver esos conocimientos que aún retengo, aunque otros se habrán quedado en el olvido, esperando a ser rescatados.

Y con estos agradables pensamientos, mezclados con unos labios y unas caricias que se me quedaron grabadas de una persona especial, marcho a leer un rato, esperándote.

No hay comentarios:

Publicar un comentario