jueves, 14 de noviembre de 2013

Echo de menos...

Tantísimas cosas... Hace unos meses me vine a vivir a Santiago de Compostela, pero desde hace unos días siento una nostalgia sobre todo lo que dejé atrás. ¿Por qué ahora? No lo sé, pero apareció de manera devastadora. Intento distraerme y no pensar en ello, simplemente olvidarlo, pero desde hace un par de días sueño que patino en el Palacio de Hielo, que voy a la piscina o que paseo y veo a mis amigos. Esto me hace despertarme con una angustia en el pecho difícilmente descriptible. Y no, no es que aquí no sea feliz. Lo soy. Pero las personas de vez en cuando necesitamos un poco de "jarabe de raíces", que en mi caso consiste en volver a la tierra. Aunque la tierra esté corrompida, llena de edificios y ruido.

Ahora mismo se me vienen imágenes de luces azules de Navidad colgadas por las calles, el olor de las castañas asadas por las calles, al lado de los centros comerciales y el sentimiento del frío y todo aquello que transmite. Echo de menos pasear entre toda la gente en Sol, entrar en alguna tienda y mirar con curiosidad todo. Echo de menos mi barrio y pasear por él, fijándome en cada detallito. Echo de menos a mis amigas. El humor ácido de Olga, el cariño de Belinda, echo de menos a Fons, a Inma y a mi familia, por supuesto.

Pero aparte de esto hecho de menos algo más aferrado a la tierra, el pueblo. Empezando por mi familia, mi abuela. Echo de menos levantarme y bajar a la cocina, donde siempre suele estar. Echo de menos el miedo a salir de la sala por el frío. Y cuando te atreves a salir a la calle, el olor de la lumbre que llega, el frío intenso... Siempre, antes de comenzar a andar, me quedo un segundo en la puerta y respiro hondo para sentir estas dos cosas a la vez. Me llenan de vida. Luego al volver a casa apetece sentarse alrededor de la mesa con las sallas encima de las rodillas para sentir el calor reconfortante del brasero. Echo de menos meterme en la cama con Lula y abrazarla para que me dé calor...

Son tantísimas las cosas... las pequeñas cosas... que me es imposible describirlas todas y a la vez no incluirlas en un todo. Si, soy feliz aquí, pero también echo de menos lo otro... No, no quiere decir que quiera volver (aunque si, me apetece bastante hacer una visita...) ni nada de eso, simplemente... necesito un poquito de "mi pequeño eso", nada más. ¿Lo que más rabia me da? Que sé que cuando voy no tengo tiempo de hacer todo lo que quiero o me gustaría. No tengo tiempo de esos paseos fríos, ni de abrazar a Belinda o ir con Olga. No tengo tiempo de castañas asadas ni de tiendas en Sol, cuando ya me doy cuenta, hay que volver.











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